Por José Raúl Ramírez Valencia
Durante este tiempo de navidad hay una sobreabundancia de decoración en todos los sitios públicos. Casas y demás espacios quieren expresar y contagiar de alegría a todo tipo de personas, así se ignore el sentido genuino de esta alegría. Árboles, vajillas, manteles, pesebres, muñecos, guirnaldas, luces… son algunos elementos de esta abundancia decorativa. ¿Por qué decoramos?, ¿qué celebramos?, preguntas insignificantes y de poca trascendencia para un cúmulo de personas. Ya son muchos los ciudadanos, más aún «feligreses» y por cierto «creyentes» que padecen una ignorancia crasa con respecto al sentido de la navidad.