Por José Raúl Ramírez Valencia.
Emanuel Mounier, fundador del personalismo (1905-1950), analiza con profundidad al nuevo burgués, describiéndolo como un hombre que ha perdido el sentido del ser al reducir su mundo a cosas utilizables, despojadas de misterio. Este nuevo burgués ha perdido el amor y, en cuestiones de fe, vive como un cristiano sin inquietud o como un incrédulo sin pasión. Ha reemplazado al héroe del renacimiento y al santo medieval por el hombre del confort, quien transforma sus deseos excéntricos en reclamos de justicia.