lunes, 15 de septiembre de 2025

ERÓSTRATO: EL FUEGO DE LA FAMA.

 Por José Raúl Ramírez Valencia.

“¿Cómo perpetuar nuestro nombre, si dudamos de perpetuar nuestra alma?” Esta fue una de las inquietudes filosóficas de Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca.  A Unamuno le preocupaba la vida después de la muerte. Se preguntaba si, al morir, seguiría siendo el mismo o si la muerte lo disolvería en el olvido absoluto. Ante la falta de sosiego que le provocaban las dudas sobre el más allá, buscó perpetuarse en el más acá, a través de sus obras filosóficas y literarias. A este anhelo de trascendencia terrenal lo llamó: Erostratismo.

sábado, 13 de septiembre de 2025

La esperanza purifica el presente e inspira el futuro

 Por José Raúl Ramírez Valencia. 

El ser humano, por naturaleza, es un ser de esperanza. Se acuesta cada noche pensando en el mañana, se enamora con el anhelo de construir un nosotros pleno, conforma una familia con el deseo de conformar vínculos profundos, trabaja con la intención de dejar un mundo mejor e invierte sus esfuerzos soñando con un porvenir más justo y prometedor. Sin embargo, se encuentra con situaciones desesperanzadoras, como la violencia, la injusticia, el maltrato social; en fin, tantos sin sabores que amargan el sentido de la vida.  

Dice Chesterton, literato inglés que “cuando más desesperada es la situación, más esperanzado debe ser el hombre”. Vivimos tiempos turbulentos; pareciera ser que estamos en un laberinto sin salida. Sin embargo, en el fondo de cada uno de nosotros se alberga la esperanza que hay un mañana mejor. Lo contrario a la esperanza, según, el filósofo Byung-Chul Han es el miedo.

Para este pensador, la democracia es incompatible con el miedo. Y es que el aumento de miedo y de resentimiento provoca el embrutecimiento de la sociedad. La democracia prospera solo en ambientes de esperanza y de diálogo, para quien absolutiza su punto de vista y no escucha a los demás su ser ciudadano queda en cuestión, ya que la esperanza y la democracia crean el nos-otros imprescindible para la convivencia.

Cuando impera el miedo se decreta la igualdad y las posibilidades de pensar diferente se ven difuminadas, las puertas que dan nuevos aires se cierran a nuevas formas de ver el mundo. El miedo iguala mientras que la esperanza ampara lo diferente y lo nuevo. Por eso, la democracia solo prospera en ambientes de esperanza. La compañera para un mundo mejor.

Lo contrario a la esperanza también es la angustia, cuya raíz latina es angustus, estrechez. Quien está angustiado se siente acorralado en el presente tormentoso, se le dificulta ver más lejos, a diferencia de la esperanza que abre los ojos al futuro venidero. El esperar exige detenerse para escuchar y discernir que dirección tomar para llegar al puerto más conveniente.