DOÑA JODELINA

Por José Raúl Ramírez Valencia 

En una ocasión, escuché a un hombre que llevaba casi 50 años casado con su esposa llamarla, con un toque pícaro, Doña Jodelina. Lo hacía porque ella, con su carácter, no dejaba de insistir en que él se moderara, tanto en lo que decía como en lo que bebía. Pero Doña Jodelina, con el mismo tono travieso y entre risas, le respondía:
—¡Don Jodelino, tú también jodes! Me dices que no coma tanto y que no esté tan pegada al celular.

Esa conversación, tan llena de complicidad y cariño, me llevó a reflexionar: todos, sin importar la edad, la profesión o la situación, necesitamos a alguien que nos "joda". Me refiero a esa "joda" que, con insistencia amorosa, nos saca de la zona de confort y nos hace caer en la cuenta de nuestros errores.

La palabra "joder", en su uso más común, es un término que denota el deseo de molestar o fastidiar. Sin embargo, pocos están dispuestos a reconocer las bondades de ser fastidiados. Hay que admitir también que existen personas que "joden por joder", sin respeto ni aprecio por los demás. Pero no es a esta "joda" a la que me refiero, sino a aquella que está acompañada del lino.

Desde un punto de vista etimológico (y aclaro que esta interpretación es personal), el nombre "Jodelino" o "Jodelina", según se prefiera, proviene de dos raíces: "jode", de joder, y "lino", de lino, una tela suave y delicada. ¿Qué significa realmente "Jodelina"? En este contexto, implica no solo molestar o incomodar, sino una acción que nos saca de nuestra comodidad irresponsable, pero lo hace con suavidad, permitiéndo reconocer la bondad detrás de esa incomodidad.

El lino, como tejido, es conocido por ser un material duradero y ligero, con una textura fresca y suave, ideal para climas cálidos. En este sentido, "joder" y "lino", conforman la expresión "Jodelino", aunque podría parecer la actitud de alguien que fastidia, en realidad representan una "joda" con propósito: cuidar al otro con responsabilidad, corregirlo para que pueda afrontar las adversidades de la vida y, al mismo tiempo, suavizar sus aristas para que crezca como persona y viva con mayor responsabilidad y prudencia en la sociedad.

Por la falta de una "Jodelina" o un "Jodelino", la vida se enreda y genera problemas innecesarios que podrían evitarse si se prestara mayor atención a quienes, con buena intención, nos "joden" la vida. Las nuevas generaciones, en muchos casos, se han vuelto demasiado "merengues", como solían decir los antiguos: suaves, sensibles e incapaces de tolerar que se les diga algo que los incomode o contradiga. Ante cualquier corrección, se descomponen de inmediato y reaccionan con grosería o altanería. En cuanto se les señala algo, emerge el individualismo disfrazado de autosuficiencia, con expresiones como:
—No se meta, es problema mío, ¿a usted qué le importa?

Esta actitud refleja una autosuficiencia arrogante que bloquea cualquier cuestionamiento. En el mejor de los casos, justifican su actuar sin fundamentos racionales, basándose en una frágil emocionalidad o en un simple capricho copiado de sus supuestos amigos. En definitiva, es una soberbia infundada que los lleva a comportarse como niños malcriados.

¡Cuánto bien hace una "Jodelino" !Quien piense que no necesita a alguien que lo corrija o desafíe, seguramente terminará en caminos tortuosos y con pasos desviados. Todos necesitamos a alguien que nos haga ver lo que no vemos o no queremos ver, que nos señale los errores con suavidad, como el lino, pero también con firmeza.

No olvidemos que el mayor obstáculo para el progreso personal es la incapacidad de reconocer nuestros propios defectos; el segundo, quizás aún más dañino, es la intolerancia hacia quienes nos los señalan. Como indica Byung-Chul Han en La agonía del eros: "El amor verdadero no es ciego, sino crítico." En este sentido, aceptar una corrección es un acto de humildad y valentía que confronta la forma en que supuestamente nos amamos y habitamos el mundo.

Posdata: ¿Qué hubiera sido de la vida de Don Jodelino y Jodelina sin que se "jodieran" con el suave lino del amor? El joder con lino trae como consencuecnoa crecer con amor.