Por José Raúl Ramírez Valencia
Platón introduce el libro República con el diálogo entre Céfalo y Sócrates. La conversación se entabla luego de que el hijo de Céfalo, Polemarco, invita a Sócrates a su casa. Durante el encuentro conversan de muchos temas, sobre todo acerca de las quejumbres de la vejez. Según Céfalo, el carácter de la persona, y no la vejez, es la causa de los males de la ancianidad. Para sustentar dicha postura, sin ninguna prevención, le cuenta a Sócrates que cuando se reúne con sus coetáneos, hablan de muchas cosas, entre ellas de las travesuras sexuales y festines sociales durante su juventud. Algunos se sienten irritados e impacientes al no poder participar de aquellos jolgorios juveniles, como si se estuvieran privando de grandes bienes. No faltan quienes, con indignación, se lamentan del trato irrespetuoso que reciben por parte de sus familias a causa de la indolente edad.