José Raúl Ramírez Valencia
En esta época de diagnósticos y de planes operativos en distintas instituciones uno de los elementos que más aflora es el inconformismo, realidad de difícil análisis. El inconformismo crea confusión, desánimo y malestar. Pareciera ser que ya no es una cuestión circunstancial o particular, sino generalizada en diferentes sectores de la sociedad, algunas entidades y un significativo número de personas. Tener contento a todo el mundo es imposible, ¡ni siquiera mi Dios puede hacerlo!. Una de las causas del inconformismo es que tenemos visiones e intereses distintos. Se mira con diferente cristal la política, el fútbol, la Iglesia, los impuestos y las organizaciones.