lunes, 14 de julio de 2014

DE LA GRAMÁTICA DEL IDIOMA A LA GRAMÁTICA DE LO DIVINO

Por José Raúl Ramírez Valencia

Una de las competencias que cada día va exigiendo el mundo laboral es la del segundo idioma. Para quien habla otra lengua, el mundo, el vocabulario, la cultura y las posibilidades, se amplían enormemente. Detrás del aprendizaje de un idioma hay toda una pedagogía, que bien puede relacionarse con el aprendizaje de la fe, por ello me parecen fundamentales estos cuatro pasos al momento de enfrentar un nuevo idioma. 1. Saber escuchar. Es imposible aprender un idioma si no se ejercita constantemente la escucha. El escuchar conlleva apertura, interiorización, disciplina y paciencia; quien escucha deficientemente responde desatinadamente y emite fonemas distorsionados, de no fácil comprensión. La fe también parte de una escucha interior, antecedida por el silencio dinámico que busca dejar reposar la voz-amor de Dios en lo profundo de la persona. Dios-Padre habla con fuerza y novedad continua-cotidianamente; nosotros poco lo escuchamos. El santo es quien escucha permanentemente la nitidez de la voz de Dios.